Patologías más comunes en la Superficie Ocular
La superficie ocular es una entidad anatómicamente compuesta por diferentes estructuras oculares: conjuntiva, córnea y película lagrimal.
Dentro de la oftalmología abarca una subespecialidad en la que los oftalmólogos están formados específicamente para poder tratar tanto médica como quirúrgicamente las diferentes patologías que pueden acontecer. Su mantenimiento en estado óptimo y sano contribuye tanto estética como funcionalmente en el estado ocular global.
La variedad de patologías que pueden afectar a la superficie ocular son muchas, y con muchas manera de manifestarse que van desde leves hasta graves.
A continuación hablamos de algunas de las más frecuentes que se presentan:
El “ojo rojo” es el motivo de consulta más frecuente en cualquier visita oftalmológica y su origen puede ser muy variado. Puede deberse a un proceso agudo, normalmente infeccioso, irritativo (contacto con diferentes sustancias) o alérgico, que es lo que conocemos comúnmente como conjuntivitis; o a un proceso crónico donde el más frecuente es la disfunción de la película lagrimal u ojo seco.
La falta de lubricación en el ojo se relaciona a distintos factores: estado ambiental (lugares mal ventilados, aire acondicionado, calefacción), actividad laboral (ordenador, microscopio), estado hormonal (menopausia),y toma de fármacos (ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos).
El “pterigium” es una entidad clínica que ha ido aumentando debido a la reducción de la capa ozono y la mayor exposición solar. El colectivo mayormente afectado es el latinoamericano, debido a la mayor exposición solar y al menor uso de protección solar.
Se trata de una proliferación fibrovascular que se inicia en la conjuntiva y que va invadiendo la córnea pogresivamente dando molestias de inflamación, sensación de cuerpo extraño, irritación, enrojecimiento y alteraciones visuales cuando existe afectación corneal.
Las “úlceras corneales” son una patología con potencial gravedad ya que pueden conllevar severas complicaciones y necesitar una acción quirúrgica de urgencias. Su origen puede ser o no infeccioso y son muchos los factores de riesgo que se relacionan con su desarrollo: factores generales como la edad por la consiguiente alteración del trofismo de la superficie corneal, enfermedades sistémicas como la diabetes y las del sistema inmunológico (LES, Artritis, Enfermedad de Sjogren, Psoriasis), factores locales como el uso de lentes de contacto, infecciones recurrentes y silentes en el organismo como el herpes y medicaciones sistémicas y locales.
El “edema corneal” es una inflamación de la córnea, la cubierta transparente delgada sobre los iris del ojo, causada por la retención de líquidos. Un número de factores pueden causar el desarrollo de edema corneal y la condición puede ser tratada con medicamentos y cirugía en algunos casos.
En las personas con edema corneal, como empieza a crecer y las distorsiones de la visión como los halos alrededor de las luces y visión borrosa puede desarrollar. Si no se trata, el dolor puede surgir en el ojo y pequeñas ampollas pueden formar en y alrededor de la córnea.
La “erosión corneal” afecta a la córnea, la cúpula transparente que cubre la parte frontal del ojo. La córnea está compuesta de cinco capas. La capa más externa es llamada epitelio. Cuando el epitelio no está bien conectado al tejido de la córnea, incluyendo la llamada capa de Bowman o membrana basal, la condición de erosión corneal puede ocurrir. Si el problema ocurre repetidamente, la condición es llamada erosión corneal recurrente.
El síntoma más común de la erosión corneal es dolor de leve a severo. El dolor puede ser especialmente incómodo al despertar en la mañana, debido a que los ojos se secan naturalmente por la noche y el párpado puede pegarse ligeramente al epitelio
Otros síntomas incluyen:
- Sensación de presencia de un objeto extraño en el ojo
- Sensibilidad a la luz;
- Visión borrosa;
- Ojos llorosos (sobre todo al despertar);
- Sequedad.