Resequedad ocular
La constante comezón, el ardor, la irritación o “resequedad” en los ojos son causados por una cantidad insuficiente de producción de lágrimas. Las causas posibles son el largo uso de lentes de contacto, el aire que sopla sobre la cara y otras cosas relacionadas con la producción de fluidos en el cuerpo. Si tienes los ojos resecos por más de un día o dos, visita a tu médico. Para situaciones menos amenazantes de resequedad en los ojos.
- Aplica lágrimas que se venden en la tienda.
Las causas de la producción insuficiente de humedad en los ojos no siempre puede ser revertida. Sin embargo, los síntomas incómodos de resequedad pueden aliviarse a través del uso de lágrimas artificiales. Si usas lentes de contacto, busca gotas diseñadas específicamente para el uso de lentes de contacto.
- Parpadea frecuentemente.
Parpadea tantas veces como sea posible. El acto de parpadear provee humedad a los ojos.
- Ventila la casa.
Con frecuencia, las condiciones del medio ambiente pueden causar resequedad en los ojos. El polvo y el polen que hay en el aire pueden meterse a los ojos y causar irritación. Usar un ventilador puede conservar el aire limpio.
- Descansa tus ojos del uso de la computadora, la televisión, el teléfono inalámbrico y otros aparatos electrónicos.
Los ojos pueden secarse por el uso de tales aparatos durante largos períodos de tiempo. Si usas estos aparatos por largos períodos de tiempo, deja de ver la pantallas al menos cada 20 minutos y enfoca tus ojos en algo que esté a una distancia de 20 pies. Esto ayuda a combatir la resequedad y otras condiciones de los ojos.
- Usa un humidificador.
La falta de humedad en el aire puede causar que se resequen y se irriten los ojos. Un humidificar no necesariamente filtra o limpia el aire, pero crea humedad para conservar tus ojos hidratados.
- Usa gafas para el sol.
Cuando estés fuera o en un ambiente con mucho polvo o polen, usar gafas de sol te protege de estos irritantes. La exposición al viento y al sol también puede causar que se te resequen los ojos.
- Bebe agua en abundancia.
Aumentar la ingestión de fluidos puede proveer tu cuerpo con la humedad que necesita para aumentar la producción de lágrimas.
- Conserva tus lentes de contacto bien hidratados.
Asegúrate de quitarte los lentes de contacto antes de irte a dormir, limpia los lentes con un limpiador recomendado e hidrátalos en una solución salina durante la noche. Mantener bien hidratados los lentes de contacto puede resolver el problema de los ojos resecos.
- Ingiere alimentos ricos en Vitamina A, C y E y en ácidos grasos Omega-3.
Estas vitaminas y ácidos grasos proveen a los ojos con los nutrientes que necesitan para permanecer saludables y bien hidratados.
- Duerme al menos siete horas cada noche.
Tener un descanso completo por la noche le permite a tu cuerpo restaurarse y ayuda a que tus ojos se hidraten. Cuando tus ojos están cerrados durante el sueño, tus párpados reponen los globos oculares con la humedad necesaria.
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